martes, 22 de mayo de 2012

El Festival de la leyenda Vallenata (Música)

El Festival de la Leyenda Vallenata es el evento más popular y reconocido de la música vallenata en Colombia, descrito por la propia fundación que lo organiza (Fundación Festival de la Leyenda Vallenata) como: "un certamen que trabaja y propende por la defensa y difusión de la expresión folclórica y popular conocida como música vallenata en cuatro de sus aires, paseo, merengue, puya y son". El Festival se celebra la última semana de abril, culminando el 30 de ese mes, aunque en ocasiones se puede extender hasta los primeros días de mayo de cada año en la ciudad colombiana de Valledupar, y, entre varios concursos musicales, se elige al mejor acordeonero profesional del año. 

En el marco del Festival de la Leyenda Vallenata se llevan a cabo los siguientes concursos: 

Rey Vallenato Profesional - Competencia entre personas que derivan su sustento económico de la práctica del vallenato. 

Rey Vallenato Aficionado - Competencia entre personas que no derivan su sustento económico de la práctica del vallenato, sino que lo practican por mera afición. 

Rey Vallenato Juvenil - Competencia entre aficionados de 14 a 18 años. 

Rey Vallenato Infantil - Competencia entre aficionados menores de 14 años. 

Rey Vallenato de la Canción Inédita - Canción aún no grabada por agrupación alguna, ni presentada en festival alguno. 

Rey Vallenato de la Piqueria - Competencia entre verseadores repentistas en las modalidades de versos de cuatro palabras, décima de tema libre y pie forzado. 

Concurso de las Piloneras - Competencia de grupos de Piloneros, bailarines de la Danza del Pilón en las categorías infantil, juvenil y adultos. Es el evento que abre el Festival. 

Los cuatro primeros premian a los acordeoneros, el quinto a los compositores y el sexto a los verseadores. Desde la edición de 2006 se premia también la tradición de las piloneras con el título de Reinas de las Piloneras en las categorías: adulto, juvenil e infantil. 

Historia 

El festival fue creado en 1968 por el gobernador del Cesar Alfonso López Michelsen gracias a la iniciativa del compositor Rafael Escalona y la promotora cultural Consuelo Araújo Noguera. Poco a poco se convirtió en un evento de importancia nacional e internacional, así como punto de encuentro de la clase política, artística y cultural de Colombia. Desde su fundación hasta 2001, en que es nombrada ministra de Cultura, el festival (y la Fundación, creada en 1986) fue dirigido por Consuelo Araújo Noguera. Actualmente el Presidente Ejecutivo de la Fundación es su hijo Rodolfo Molina Araújo. 

Desde 1987 se decidió que cada 10 años el concurso de Rey Vallenato Profesional sería sustituido por el de Rey de Reyes, en el que solo participan los ganadores de ediciones anteriores. El Festival se realizó hasta 2003 en la plaza Alfonso López Pumarejo, en cuya tarima "Francisco El Hombre" se presentaban los participantes. A partir de 2004, el Festival se celebra en el Parque de la Leyenda Vallenata, complejo cultural, musical y folclórico construido para albergar a la cada vez más creciente multitud de espectadores que la plaza era ya incapaz de admitir. Los participantes compiten en la tarima "Compai Chipuco", bajo la concha acústica "Cachucha bacana".

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Fuente:

Monumentos de Valledupar (Colombia)

Entre los monumentos que adornan las distintas avenidas de la ciudad encontramos:

El Obelisco: El Obelisco es una estructura de cemento de 30 metros de alto situado a la entrada de Valledupar en la vía que de Barranquilla y Fundación conduce a esta ciudad. Fue diseñado por el arquitecto Carlos García como un "homenaje a la vida" y su construcción, a cargo del arquitecto Helcías Castilla, data de 1994, lo cual no obsta para que, pese a su juventud, ya sea considerado como un hito o referente del espacio vital de la ciudad

El Cacique Upar: Situado en la glorieta que queda frenta al Terminal de Transporte, la estatua del Gran Cacique Upar en actitud convocante es obra del escultor vallenato: Jorge Maestre, quien escogió para elaborarla la fibra de vidrio. Es un homenaje al GRAN CACIQUE UPAR, Jefe de Jefes del país de los Chimilas, tribu gobernada por un Supremo Cacique en quien descansaba la organización y orientación de toda la región. Para que el cacique adquiriera el titulo de Upar, que significaba fortaleza, valor y justicia, requería un proceso de consagración sincero por el bien de sus gobernados, bajo el influjo del dios Sol y la Madre Luna. La fuerza, la inteligencia y la astucia servían para lograr el rango de cacique pero para ser un UPAR eran necesarios otros atributos y el cumplimiento estricto de requisitos rigurosos.



Escultura de Hernando de Santana: Esta escultura, diseñada por el vallenato Jorge Maestre en material de chatarra, es un homenaje al capitan español Don Hernando de Santanta, quien el día 6 de enero de 1550 fundó la Ciudad de los Santos Reyes del Valle del Cacique Upar a orillas del río Guatapurí ante el señor estribano público don Francisco De Ávila. La escultura, imponente y elevada, que representa a un conquistador español luciendo su atuendo característico y espada, está situada en la Avenida Salguero y fue erigida en el año 2000 como regalo a la ciudad en los 450 años de su fundación.



Homenaje al Folclor Vallenato: La escultura del folclor vallenato en la cual se representan los tres integrantes de un conjunto típico de música vallenata: acordeonero, cajero y guacharaquero, se debe al talento del escultor vallenato Jorge Maestre. Está situada en la diagonal 23, avenida Simón Bolívar, y se realizó con el propósito de rendir homenaje a uno de los más grandes y apreciados valores de nuestra región, como lo son los juglares que con sus cantos han engrandecido nuestra cultura y llevado el nombre de Valledupar a todos los confines del mundo.



Los gallos de pelea (Homenaje a los galleros del mundo): La escultora bogotana Elma Pignalosa utilizó el bronce, el hierro y las láminas de aluminio para realizar esta hermosísima escultura situada en la intersección de la avenida Simón Bolívar con la transversal 16C donde se convirtió, desde su instalación, en el mejor referente de la simpatía y popularidad que los galleros tienen en la región. De hecho, esta escultura es un homenaje a esa gran afición gallística que existe en los departamentos costeños y que tiene en Valledupar a una de sus mejores y más caracterizadas aficiones. Muy cerca de esta escultura queda el coliseo gallístico "Miguel Yanet" punto obligado de encuentro de las cuerdas de la región.



La Maria Mulata: Este monumento es un regalo del reconocido pintor y escultor colombiano Maestro Enrique Grau a la ciudad, que lo reconoce y distingue como uno de los grandes valores costeños de la cultura universal, el día 6 de enero de 2000 cuando Valledupar celebró sus 450 años de haber sido fundada por Don Hernando de Santana. "La Maria Mulata" es un pequeño pájaro negro inofensivo, muy conocido en nuestra región donde también se le llama "cocinera". El monumento está situado en la intersección de la carrera 16 con la calle 18 y fue inaugurado durante la administración del Alcade Jhony Pérez Oñate.



El Pedazo de Acordeón: Situado en la Avenida Hurtado. Escultor: GABRIEL BELTRÁN. Materiales: Hierro, Bronce fosforado, bruñido y ensamblado, cobre rojo ensamblado. Dimensiones: 6 m de alto, 10 m de largo y 4.5 m de ancho. PROPÓSITO: Con la ejecución e instalación del monumento “Mi pedazo de Acordeón”, una de las obras escultóricas de vanguardia mas controvertidas de la región, la Alcaldía de Valledupar se propuso rendir un homenaje al acordeonero, cantor y compositor, representado en el juglar por excelencia: Alejandro Durán, cuya canción de este mismo nombre ("Mi pedazo de acordeón") pasó a convertirse, por derecho propio, en una especie de símbolo musical costeño dadas sus calidades musicales y el sentimentalismo de su texto en el que el cantor pone de presente que su más grande tesoro es su acordeón y solo pide que lo sepulten con ella.



Los Poporos: elaborados por Jorge Maestre con la técnica de fundir en bronce a la cera perdida, es uno de los más hermosos monumentos con que cuenta la ciudad. Situado en la avenida Juventud, frente al Coliseo Cubierto "Julio Cesar Monsalvo", se destaca por la originalidad del concepto y la limpieza de los materiales que sirvieron para concebir esta bella escultura que es un reconocimiento -el más adecuado, si se quiere- a las tres etnias indígenas que aún habitan en la Sierra Nevada, como lo son los arhuacos, los koguis y los arzarios. "Los Poporos" representan el adminículo del mismo nombre que usan los indígenas para conservar el "jayo" que paladean permanentemente y que es un elemento característico de su cultura.



La Revolución en Marcha: Situada en el costado suroriental de la Plaza Alfonso López de Valledupar, la escultura "La revolución en marcha" del Maestro Rodrigo Arenas Betancur, se yergue imponente en su majestuosidad, recortándose sobre el azul del cielo vallenato como la más perfecta realización del vuelo de la idea. Fue concebida por el Maestro Arenas Betancur, gracias al encargo que le hizo la gobernadora Paulina Mejía de Castro Monsalvo en homenaje a uno de los vallenatos y colombianos más queridos: Doctor Alfonso López Pumarejo, en cuya primera presidencia Valledupar obtuvo grandes beneficios que le permitieron pasar de ser una remota aldea a una pequeña ciudad de futuro promisorio. "La revolución en marcha", además, fue el nombre de su programa de gobierno que le dio, por primera vez en la historia, garantías y derechos sociales a los trabajadores y a la mujer.



Homenaje al Viajero: Situado en la carrera 9a con calle 12 (Parque el Viajero), fue elaborado en fibra de vidrio por los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes, bajo la orientación de doña Edith Castro de Rodríguez. El propósito de esta escultura fue plasmar la figura bonachona del viajero que antaño, en los llamados buses municipales o chivas, venía de las poblaciones vecinas (La Mina, Guacoche, Badillo, Patillal, entre otras) a mercar y hacer diligencias en Valledupar, y logrado su cometido se devolvía, con la maleta llena, a sentarse y a esperar el carro que lo devolviera a su lugar de origen. El sitio donde está ubicado es el mismo donde, en otras épocas, quedaba "La estación" donde llegaban los vehículos a dejar y recoger pasajeros.



La Sirena de Hurtado: Jorge Maestre, cuyo talento y capacidad artística parecen no tener fin, concibió esta figura, rarísima, para plasmar la mítica silueta de la Sirena de Hurtado que fue colocada sobre una de las rocas que resguardan la orilla izquierda del río Guatapurí. Elaborada en fibra de vidrio con un atrayente color dorado que resalta la exótica belleza de la única sirena de agua dulce que existe en el mundo, la escultura plasma y representa una de las Leyendas de mayor arraigo y tradición en la mitolología vallenata, como lo es "la Sirena de Hurtado".



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Fuente: 

Ubicación geográfica de Valledupar


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Extensión: 4.493 Kms cuadrados
Temperatura: 32° C
Altitud: 169 mts sobre el nivel del mar
Población: 350.000 habitantes aprox.

Historia de Valledupar, Cesar (Colombia)

La historia de la población de Valledupar tiene su origen en la época precolombina, con tribus amerindias que se asentaron y desarrollaron en sociedades, y que a la llegada de los españoles estaba habitado por los Chimilas, de familia lingüística Chibcha. Luego ocurrió la conquista y colonización por españoles y otros europeos, que además de su cultura introdujeron esclavos de raza negra extraídos del África en los inicios del siglo XVI. Valledupar fue fundada por soldados españoles en inmediaciones de Eupari, uno de los poblados de la nación de los indígenas Chimilas en el año 1550. Los indígenas fueron exterminados, diezmados o desplazados a las montañas, bajo la obligación de la evangelización. El valle se tornó en tierras para ganadería y agricultura.

Valledupar fue una de las primeras comarcas en América, en la que sus habitantes de mayoría criolla se alzaron contra el régimen monárquico español el 4 de febrero de 1813. Luego de la independencia la región entra en un letargo debido a la dependencia política de Santa Marta, la posición geográfica y las diferentes guerras que sufrió Colombia a lo largo de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, cuando se produjo un crecimiento económico sin precedentes a causa de la producción de algodón, que impulsó el crecimiento de la población y el auge cultural del género musical vallenato actual. Al mismo tiempo el conflicto armado colombianoafectó a muchos ciudadanos de Valledupar con la modalidad del secuestro extorsivo por parte de grupos guerrilleros, de los más altos en Colombia y posteriormente el accionar de grupos paramilitares que como consecuencia dejaron miles de muertos, heridos y desplazados.

Época precolombina
La ciudad del gran Cacique Upar, Eupari era considerada la capital de la nación de las tribus indígenas Chimilas que abarcaban casi en su totalidad el valle del río Cesar o Pompatao. Los Chimilas tenían dos grandes provincias, la del norte que pertenecía a Upar y la del sur de los Pocabuy. Upar ejercía su cacicazgo sobre una federación de aldeas que incluían a El Molino, Villanueva, Chiriguaná y Sompallón (El Banco), extendiéndose desde el centro de La Guajira, en la poblaciones de Fonseca y (norte) hasta el río Magdalena (sur) y desde la Sierra Nevada de Santa Marta (occidente) hasta la Sierra de Perijá (oriente). Eupari era la sede central del gobierno y el cacique vivía en una casa imperial como jefe militar y religioso.

Las tribus de la nación Chimila incluían a los upares, socuigas y guanaos en inmediaciones del río Badillo, los cariachiles en Barrancas, Fonseca y El Molino, los itotos en Villanueva, pocabuyes, maconganas (tribu chimila de la sierra nevada), chiriguanaes y garupares. Los tupes eran una tribu mezclada entre Chimila y Caribe.

La sociedad Chimila estaba estratificada en forma piramidal con el cacique como máxima autoridad, seguido por caciques menores, los religiosos, los guerreros y luego los obreros que incluian pescadores, cazadores, artesanos, mineros, orfebres, tejedores y los guanaos o comerciantes. Sometian a la esclavitud a los vecinos arhuacos. En Cuanto a mitología, los Chimilas creian en un solo dios llamado Narayajana.2 La alimentación de los chimilas estaba basada principalmente en el maíz, el cual cultivaban con alto grado de tecnicidad, además de guayabas, yuca, frijol, níspero, naranja, papaya, piña, algodón, tabaco y auyama. Cazaban y criaban venados, patos, pavos y otras especies silvestres.

Descubrimiento
Los primeros españoles en explorar el valle de Upar fueron comandados por Pedro de Vadillo en 1528 y el territorio entró a formar parte de la Gobernación de Santa Marta, que había sido capitulada por el rey de España al conquistador Rodrigo de Bastidas, el 6 de noviembre de 1524. A Bastidas le acompañaban cerca de 450 hombres con el fin de fundar Santa Marta, entre los que figuraban Pedro de Villafuerte y Domingo Álvarez Palomino. Villafuerte se convertiría en el primero en ver el valle de Upar tras escapar de Santa Marta por cometer un delito, circundó la Sierra Nevada de Santa Marta y por la dificultad de la travesía y los enfrentamientos con los Chimilas, Villafuerte se devolvió a Santa Marta donde anunció su descubrimiento de abundante alimento, riqueza y tierras. Fue entonces cuando los siguientes gobernadores de Santa Marta ordenaron conquistar dicho valle. En 1528, Pedro de Vadillo, actuando como gobernador de Santa Marta, descubrió y penetró el valle en donde tuvo inicialmente un contacto cordial con los indígenas Chimilas que le ofrendaban con oro, joyas y alimentos.

Conquista
En 1529, Vadillo se habría animado a tomar como esclavos a los indígenas y venderlos mientras expropiaba de tierras y riquezas. Entre los 600 indígenas esclavos que se llevó a Santa Marta figuró el niño indígena apodado Francisquillo el vallenato, al que educaron y evangelizaron como europeo.5 Vadillo intentó sacar todo el oro obtenido y llevárselo a España para él pero su barco naufragó en el mar Caribe. Fue nombrado García de Lerma como Gobernador de Santa Marta por órdenes desde la Audiencia de Santo Domingo el 28 de febrero del mismo año, mientras que al alemán Ambrosio Alfinger fue enviado a Coro, Venezuela en representación de la familia Welser.

Hacia 1531, García de Lerma envió a su hijo Pedro de Lerma a "apaciguar" a los indígenas con aproximadamente 400 soldados, del cual gran parte era caballería. Pedro de Lerma logró conquistar hasta la desembocadura del río Lebrija e imponer la encomienda para las regiones de La Ramada y el Valle de Upar.
En una segunda expedición al valle de Upar, los hombres de Pedro de Lerma encontraron muchos de los pueblos destruídos. El alemán Ambrosio Alfinger había atravesado la Sierra de Perijá desde una expedición proveniente de la población de Coro. Alfinger, con afán de obtener el oro y demás riquezas de los indígenas de la leyenda de El Dorado, recorrió el valle del cesar de norte a sur exterminando aldeas indígenas y tomó esclavos a cientos de Chimilas y Tupes. Alfinger ahorcó al Cacique Upar y quemó la aldea llamada Eupari. Los hombres de Alfinger practicaron la antropofagia con los indígenas muertos en combate, como venganza a esa misma práctica por parte de los indígenas con los europeos. Alfinger pasó por la población de Tamalameque y siguió al valle de Chinácota, donde el indígena Francisquillo, El Vallenato, tomado como esclavo junto a otros indígenas Chimilas, Tupes y Chitareros, lo asesinó en mayo de 1533.

Durante las gobernaciones de Rodrigo Infante, Antón Bezos y Pedro Fernández de Lugo, el Valle de Upar no tiene antecedentes, probablemente debido a la devastación causada por las incursiones de Alfinger. Los alemanes en tierras venezolanas intentaron repetir la incursión de Alfinger, bajo el mando de Nicolás Federmann sin éxito. Sin embargo, Fernández de Lugo, organizó una nueva expedición al Valle de Upar, mientras que enviaba al interior en diferentes expediciones a Gonzalo Jiménez de Quesada, Martín Galiano, Gonzálo Suárez Rondón. Con la muerte de Pedro Fernández de Lugo, asumió como gobernador de Santa Marta su hijo Alfonso Luis de Lugo, pero vendió los derechos a Gonzálo Jiménez de Quesada.

Fundación
Alfonso Luis de Lugo, sin embargo continuó actuando en ocasiones como gobernador, exigiendo riquezas a capitanes de poblaciones. También ordenó fundaciones como la de Tamalameque por San Martín y la de Valledupar, por Francisco Salguero. Salguero no pudo fundar la población por falta de gente.1 Para la misma época la trata de esclavos que se daba en las poblaciones de las costas del caribe llegaron a refugiarse los negros cimarrones al Valle de Upar. Muchos de estos negros se establecieron en palenques en los alrededores de Valledupar, como el que se dio en Atánquez.

Por mandato real, se prohibió la destrucción de los indígenas en 1543. En 1544, Miguel Díez de Armendáriz nombró desde Cartagena de Indias a Luis de Manjarrez como gobernador de Santa Marta. Durante su mandato como gobernador se fundó Valledupar. Mientras que en Santa Marta actuaba como alcalde el Capitán Hernando de Santana, también Teniente del Gobernador de Santa Marta. Santana organizó la expedición para fundar la población del Valle de Upar. El 6 de enero de 1550, el capitán Hernando de Santana fundó la ciudad del Valle de Upar (a veces llamada Ciudad de los Reyes por el día de fundación), acompañado por el cronista Juan de Castellanos, quien relato los hechos.

En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritusanto e de los bienaventurados apóstoles San Pedro y San Pablo y de los Santos Reyes, a quienes se toma por abogados de esta población Sea notorio a S.M. e a su Presidente e Oidores qye residen en Santa Fe del Nuevo Reino de Granada, e a todos los que ésta vieren, cómo a seis de enero, año de 1.550 en presencia de Emilio de la Cruz, nombrado por Hernando Santana Capitán General por S. M.conquistador del Valle de Upar, mandó juntar toda la gente de guerra que en su campo traía y escogió el sitio más cómodo que hizo limpiar el poderoso capitán Francisco Salguero, ocupado por los indios Chimilas y por su Cacique Upar, y reuniéndolos exclamó: "Soldados y compañeros, yo he venido en nombre de S.M. con poderes para descubrir la provincia de los Chimilas, Itotos, Cariachiles y Coyaimas o Tupe, y hemos encontrado muchos indios y buenas tierras para agricultura y ganados, que poblándose será gran servicio para Dios Nuestro Señor y al rey Felipe, que Dios conserve y guarde muchos años, determinamos fundar y poblar esta ciudad en su real nombre y en su nombre y de los reyes de Castilla tomo posesión de estas tierras del Upar: Itotos, hacia el Otiente, Cariachiles en la misma vecindad y Coyaimas, o Tupe en la parte suroriental, con todos los indios que hay en ellas. Seguidamente el señor capitán Santana montado a caballo y embrazando adarga dijo: Yo en nombre de S.M. fundo este pueblo a orillas del río Guataporí y pongo por nombre para ahora y para siempre el de Valle del Upar como homenaje a este gran cacique que lo señorea. ¿Hay quién me defienda la población que hago en nombre de S. M.? y todos contestaron que si. ¿Hay alguno que quiera contradecir? Salga conmigo al campo, que yo, en nombre de S.M. lo defenderé a lo cual respondieron que no contradecían. Luego el capitán Santana exigió a los presentes fidelidad al rey y protección para todos los indígenas y naturales que se sometieran a la fe de Nuestro Señor Jesucristo. Seguidamente preguntó ¿Hay algún soldado que no está conforme con esta fundación? salga al frente. Contestaron que todos estaban conformes. Para lo cual se extiende la presente fundación en el día y hora señalados. - Hernando de Santana, Capitán General -. Con el visto bueno del capitán Francisco Salguero, Emilio de la Cruz, Escribano por su Majestad Rey de Castilla.

Colonización española
En 1559 la población española en Valledupar reportaba 34 "vecinos encomenderos", todos de sexo masculino. Las casas hechas de paja al igual que la iglesia.

Los primeros pobladores fueron Pedro Limpias, Lope Méndez, Juan de Pinillas, Antón Sánchez, Ernando Montero, Francisco Hernández, Juan Riberos, Rodrigo Sánchez, Alonso Pérez Tolosa, Sebastián García, Alonso Sánchez, Francisco Ruiz, Pedro Aníbal, Cristóbal Gallego, Francisco Rioverde, Marcos Martín, Roy Pérez, Gonzálo Ruíz Tapias, Alvaro de Castro, Juan de Paladines, Manuel López, Lozano Díaz, Andrés Mateos, Juan Gómez, Alonso Dávila, Hernán González, Juan Esteban, Benito Ruíz, Diego Bueno, Pedro Hernández, Juan Martín, Bartolomé Dalva y Diego Franco.

Valledupar se convirtió en el principal centro de españoles para la época ya que se desarrollaron haciendas para la ganaderia y la agricultura. La arquitectura colonial española fue introducida en 1580 con la constucción de casas al estilo barroco por parte del gobernador Lope de Orozco. Ese mismo año, los Chimilas y Tupes continuamente atacaron el pueblo, asesinando a cerca de 50 hombres.

Los indígenas de la etnia arhuaca eran utilizados para labores de servidumbre en las casas de españoles. Los primeros españoles se mezclaron con las indígenas de la servidumbre. Lope de Orozco también impulsó la migración de españoles a Valledupar, con cerca de 200 hombres casados con su respectiva mujer y 200 solteros, sin contar los del ejército español que operaba en la zona contra los indígenas.

Durante el siglo XVII, Valledupar tenía cerca de un centener de habitantes, una reducción que se debió a los constantes ataques de Tupes y Chimilas, además de las migraciones hacia el interior del virreinato. Valledupar contaba con su iglesia parroquial y se construyó el Convento de Santo Domingo. Igual en importancia tuvo la vecina ciudad de Valencia de Jesús fundada por el capitán Antonio Florez en 1590 y que fue completamente habitada por españoles durante esa época.

El 7 de marzo de 1609, Valledupar fue nuevamente sitiada por los Chimilas y destruida por incendios. Los indígenas atacaron porque dos de sus mujeres fueron raptadas por españoles y que tras una petición pacifica, no fueron devueltas, lo que desató la ira de la tribu. Igual situación ocurrió con la vecina Valencia de Jesús (Pueblo Nuevo) en el que el resultado de los ataques dejó 6 muertos. Hacia 1609 el entonces alcalde de Valledupar, Capitán Cristobal de Almonacid, capturó al Cacique Perigallo, líder de la resistencia indígena Chimila y Tupe. Muchos de los indígenas terminaron entregandose al sistema de la encomienda que operaba en El Molino, Los Tupes y Chiriaimo (San Diego), entoces parte de la jurisdicción de Valledupar. Además de las guerras entre españoles e indígenas, las epidemias como la gripe y viruela acabaron con mucha de la población.

Los ataques mutuos entre españoles e indígenas continuaron. En una segunda gran incursión contra Valledupar, los Chimilas y Tupes asesinaron parte de la población. La batalla dio orígen a la Leyenda vallenata. El gobernador Lope de Orozco mandó a amurallar y proteger la ciudad, y a lo que Juan de Castellanos llamó la "...primera ciudad amurallada en tierra firme de la mar del norte". Ordenó también que las casas fueran reforzadas. Trazó las calles y reconstruyó la iglesia para que resistiera ataques. Durante la gobernación de Lope de Orozco, Valledupar se convirtió en la principal ciudad de importancia para los españoles, ya que abastecia de alimentos a las poblaciones costeras de Riohacha, Cartagena de Indias y Santa Marta, además de que concentraba mayor población que Riohacha o Santa Marta.

A inicios de 1700 el virreinato decidió cambiar las funciones del teniente de gobernador por el de "Pacificador de Chimilas y Tupes" y nombraron al criollo Salvador Félix de Arias, le siguieron otros como el Maestre de campo José Fernando de Mier y Guerra, José Joaquín Zúñiga, Agustín de la Sierra y Juan de la Rosa Galbán.5 Valledupar se mantenia relativamente rezagada del resto del interior del virreinato debido a los indígenas. La ruta entre Valledupar y el puerto de Riohacha era la más segura para los habitantes de Valledupar para comunicarse con Santa Marta.

el Capitán Salvador Félix de Arias logró fundar algunas poblaciones entre 1700 y 1708 en la entonces juisdicción del Valle de Upar después de llegar a un acuerdo con el Cacique Ponaimo Sasare y otros caciques de la región. Fundó Espirtusanto (Codazzi), La Paz, Villanueva, El Molino y San Juan del Cesar. Hacia 1739 la jurisdicción eclesiástica de Valledupar abarcó El Molino, Fonseca, Villanueva, Urumita, Atánquez, Los Pondores, Dibuya, Los Tupes, San Juan del Cesar y Becerril.

Para 1803 fue encomendero Juan Salvador Anselmo Daza quien describió mediante un censo la situación de las encomiendas durante ese tiempo en las poblaciones dentro de la jurisdicción de Valledupar, como Atánquez, San Sebastián de Rábago (Nabusimake), Villanueva, El Molino, Santa Ana del Tupe, Becerril de Campos, entre otros.

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